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Con la llegada del buen tiempo a todos nos gusta disfrutar de un buen baño en la piscina. Los momentos al aire libre se hacen más asiduos y, con las vacaciones, podemos sacar mejor provecho de nuestra piscina. Además de los buenos momentos que podemos pasar en ella, también cabe señalar los beneficios que puede aportarnos. Los días se hacen más largos y la posibilidad de realizar actividades al aire libre aumenta. Esto supone, aparte de disfrutar mejor de nuestro tiempo de ocio, nuevas posibilidades para practicar deportes.

Con el calor es habitual que nos cueste más realizar ejercicio físico. A pesar de que el cuerpo nos pida una mayor actividad en el exterior, puede que no pida tanto ejercicio físico. Pero el ocio no está reñido con mantenernos en forma. Una buena manera de combinar ambas opciones son los ejercicios en el agua. Estos, además de ser recomendables para mantener un buen estado de salud, también lo son para disfrutar de nuestro tiempo libre. Si todavía no conoces sus beneficios, en este post te hablaremos de algunos de ellos.

Menos impacto en huesos, articulaciones y músculos

Uno de los principales beneficios que suponen los ejercicios en el agua es que generan menos impacto en nuestros huesos, articulaciones y músculos. Al flotar en el agua, nuestro peso corporal percibido puede disminuir hasta un 90% comparado con nuestro peso en tierra. Este porcentaje variará según el nivel de profundidad que tenga la piscina en la que los realicemos. Aun así, aunque sean en poca profundidad, el impacto será mucho menor.

Algunos tipos de ejercicios hacen uso de materiales de flotación, los cuales disminuyen aún más el impacto, llegando en algunos casos a eliminarlo por completo. Esta característica los hace ideales para personas que tengan dolencias relacionadas con este ámbito, al igual que para las personas de la tercera edad. Igualmente, además de minimizar el riesgo de padecer molestias por el impacto producido, también resultan beneficiosos para reducir o eliminar la inflamación muscular. Puede que algunos deportes nos resulten dificultosos de realizar por estas razones, o porque no nos vemos con la agilidad adecuada. Esto se ve compensado con la reducción del peso, que nos hace ser algo más livianos.

Quemamos más calorías

Además de suponer un menor impacto, el ejercicio bajo el agua nos ayuda a quemar un mayor número de calorías. Esto se debe a la resistencia que genera, solicitando un mayor trabajo a la musculatura de nuestro cuerpo. Por lo tanto, requiere una mayor energía y un mayor consumo de calorías. Para trabajar el cuerpo en su totalidad, es recomendable trabajar movilizando el cuerpo en todas las direcciones, para conseguir un equilibrio corporal global. De esta manera también estaremos evitando la sobrecarga de ciertos músculos.

Mayor tonificación

Por otra parte, al igual que nos ayuda a quemar más calorías, también genera una mayor tonificación de los músculos. Gracias a la resistencia del agua, el cuerpo realiza un movimiento de empuje que activa toda la musculatura. Según el tipo de ejercicios que realicemos, y si le añadimos materiales de trabajo, se puede llegar a comparar al trabajo con peso. Todo ello con la ventaja de que se genera menos impacto sobre las articulaciones, evitando posibles molestias.

Momentos de diversión

Por último, otra de las ventajas que presenta es que puede ser placentero y suponer un tiempo de ocio. Son momentos de distensión en los que, además de estar trabajando nuestro cuerpo, también estamos disfrutando del placer de un baño en la piscina. Esta combinación hace que mejore nuestro estado de ánimo y que, las reticencias que podamos tener a realizar deporte durante la época estival, sean menores.

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