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En muchas ocasiones hemos escuchado caso de propietarios de piscinas que han desinfectado su piscina con la ayuda de la lejía, algo que puede suponer un riesgo para la salud de las personas que se van a bañar en la piscina. Esto se debe a un error que cometen los propietarios al pensar que el hipoclorito sódico es lo mismo que la lejía. El hipoclorito sódico es un producto químico que consiste en cloro en forma líquida y que tiene un alto grado de concentración y eficacia para desinfectar la piscina. En diversos foros hemos podido observar como algunas personas utilizan lejía para desinfectar su piscina. En este post te contaremos por qué no deberías hacer esto.

Los propietarios de las piscinas tienen un trabajo bastante amplio y complejo cuando se trata de mantenerlas limpias y saludables para el baño. Uno de los métodos más comunes a la hora de mantener la piscina desinfectada es el cloro. En muchos foros y páginas web el cloro se ha confundido erróneamente con la lejía de la ropa y ha habido una clara tendencia de propietarios desinfectando la piscina con este producto. La creencia se debe a que la lejía es un producto que contiene hipoclorito sódico, un compuesto que se utiliza para desinfectar la piscina.

¿Por qué no debemos utilizar lejía?

Sin embargo, la lejía que utilizamos para limpiar la ropa o los inodoros contiene como máximo un 5% de hipoclorito sódico, mientras el cloro contiene alrededor de un 14%. La concentración de hipoclorito sódico en el cloro es, como podemos observar, mucho mayor que la que contiene la lejía. Por lo tanto, si utilizamos este producto de limpieza del hogar para desinfectar la piscina nos quedaremos cortos de hipoclorito sódico. Si realizamos el cálculo de lejía que deberíamos echar, quizás podríamos llegar a desinfectar el agua de la piscina. Sin embargo, esto no se queda simplemente en la desinfección. Hay otros factores importantes a considerar.

La lejía es un producto químico con una alta alcalinidad. Es decir, el pH de la piscina puede rondar un nivel de 10 a 16. Este nivel es extremadamente alto si tenemos en cuenta que el agua de nuestra piscina debería tener una alcalinidad de 7,4 a 7,6. En este caso nos veríamos obligados a utilizar una gran cantidad de minorador de pH. Por lo tanto, si nuestra intención era ahorrar algo de dinero comprando lejía en vez de cloro, ese dinero nos lo gastaremos en medidores, minoradores e incrementadores del pH.

Motivos por los que debes evitar desinfectar tu piscina con lejía

La lejía tiene una concentración de cloro activo muy baja. Entre 2,5 y 5% de cloro activo como máximo. Es por ello por lo que se necesitarán cantidades demasiado altas de lejía para obtener los mismos resultados de desinfección que con los tratamientos para piscinas adecuados como las pastillas de cloro o el cloro rápido entre otras opciones.

  1. La lejía tiene un pH muy alto como hemos indicado. Esto conduce a un aumento general del pH de la piscina y requiere un reequilibrio del mismo, provocando que tengas que utilizar más productos para piscina.
  2. La lejía se degrada muy rápidamente durante el almacenamiento. Esto reduce aún más su concentración de cloro activo y por lo tanto su capacidad de desinfección.
  3. La lejía es muy inestable y se degrada muy rápidamente con los rayos UVA emitidos por el sol. Es necesario, por tanto, aumentar el número de tratamientos. Si esto ocurre, encarecerá nuestros costes a la hora de comprar productos. Debemos mencionar que estas medidas finalmente tampoco serían ecológicas además de ser potencialmente peligrosas para la salid.
  4. La lejía aumenta la aparición de depósitos calcáreos en la piscina, lo que puede causar problemas de descamación de la piscina y de los accesorios de piscina.
  5. Podemos llegar a conseguir un depósito bastante grisáceo en el fondo de la piscina y finalmente, conseguir enturbiar el agua. Resultados poco deseados en el mantenimiento de una piscina.
  6. Finalmente, si no se dosifica correctamente la lejía puede volverse peligrosa para los bañistas. El agua de la piscina que está demasiado concentrada en lejía puede volverse tóxica e irritar los ojos, la piel y el tracto respiratorio de los nadadores en casos más extremos.

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