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Las piscinas de madera Gre aportan una gran belleza y dan un valor estético al jardín. No obstante, estas piscinas son muy delicadas y no tienen una vida útil muy larga a la intemperie si no las mantenemos y tratamos apropiadamente y con cierta frecuencia. Algunos de los inconvenientes que podemos encontrar en las piscinas de madera Gre es que la humedad y los insectos pueden atacarla.

Sin embargo, con un buen tratamiento y manutención es posible alargar su vida útil y tener una piscina perfecta. Estas piscinas, que pueden estar hechas de madera de pino o abeto, necesitan un tratamiento en autoclave con productos que se fijan en la madera. Mientras que las especies como el abeto necesitan una protección clase III, el pino necesita una protección clase IV.

El tratamiento autoclave es uno de los más eficaces para piscinas de madera, ya que su protección IV admite la exposición a tierra, agua dulce, humedad, hongos, termitas y xilófagos. Este tratamiento se aplica en conjunto con sales hidrosolubles tipo CCB y aportan a la madera mucha protección. Es un procedimiento que se aplica mediante la normativa europea, EN-335.

El procedimiento comienza aplicando el tratamiento autoclave de cerrado herméticamente. Este proceso se realiza eliminando el aire, el agua y las resinas al vacío. La madera se queda parcialmente seca, con una humedad menor al 25%. Posteriormente, en los poros abiertos de la madera se introducen los productos que protegerán la madera en forma de vapor, a alta presión.

Cuando finaliza este tratamiento la madera queda con un aspecto verdoso que no siempre resulta atractivo. No obstante, cabe la posibilidad de aplicarle un barniz decorativo, al gusto de cada uno, con el fin de darle un aspecto más natural y estético. Lo importante de este tratamiento es que protege la piscina de madera de las inclemencias de la intemperie.

El tratamiento de pintura de las piscinas Gre también se realiza a poro abierto. Para esto primero debemos hacer un lijado de la madera hasta que esta quede lisa. Después podemos comenzar a aplicar el tinte con dos brochas de diferente tamaño para las diferentes partes de la piscina. Lo recomendable es escoger una pintura que también sirva como tratamiento de protección contra elementos del exterior (humedad, polvo, hongos, etc.).

Además, es recomendable escoger una pintura que sea resistente a los rayos ultravioleta y que los absorba eficazmente. Lo aconsejable es aplicar este tinte al menos una vez al año, cada vez que se ponga en funcionamiento la piscina. Es necesario una mínima aplicación de pintura en los tablones y un poco más de cantidad en los bordes.

Gracias a estos tratamientos es posible alargar la vida útil de la madera, dando la posibilidad de retocar la pintura y aplicar una nueva capa cada vez que se considere necesario. El mejor momento es aplicar la pintura o el tratamiento cada vez que comience la temporada de calor, para prevenir la exposición de la madera a horas prolongadas de sol fuerte.

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