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Con la llegada del calor comienzan a practicarse con mayor asiduidad deportes en el agua. Así conseguimos seguir moviéndonos y manteniéndonos en forma, a la vez que hacemos frente a las altas temperaturas. Los beneficios de realizar ejercicios en el agua son muchos, y existe una gran variedad de ellos.

Podemos encontrar deportes en los que no es necesario hacer uso de ningún instrumento, trabajando únicamente con el cuerpo y la resistencia del agua. Luego hay otros en los que sí que se adopta el uso de elementos, como pueden ser pelotas, pesas o, de las que hablamos hoy: las bicicletas acuáticas.

¿Qué son?

Como podemos imaginar, las bicicletas acuáticas son una herramienta para realizar deporte dentro del agua. Sería como utilizar nuestra bicicleta estática en el interior de la piscina. Pero no vale cualquier bicicleta, sino que existen específicas para realizar este tipo de actividad. Están fabricadas con materiales inoxidables y su estructura permite que se pueda adaptar fácilmente a la piscina.

Se pueden encontrar bicicletas que se fijen en el suelo de la piscina y otras en las que no sea necesario este apoyo, y se enganchen a la pared de la misma. En ambos casos, contarán con las protecciones necesarias para evitar generar daños en los materiales que les sirven de apoyo. Para poder realizar este deporte adecuadamente, es recomendable que el agua de la piscina se nos quede a la altura entre el pecho y la cintura. De esta manera podremos trabajar el cuerpo de forma más cómoda y adecuada.

¿Cuáles son sus beneficios?

Los beneficios de practicar este deporte son muchos. El hecho de que sean fácilmente adaptables a diferentes alturas, permite que sea apto para diferentes edades y tipos de persona. Al igual que las bicicletas que se usan en el exterior del agua, las de interior suponen un ejercicio sin impacto. Esto es beneficioso para las articulaciones, ya que no les resulta un trabajo agresivo, y evita que estas se resientan después de practicarlo.

Nos ayuda a trabajar todo el cuerpo, ya que se pueden trabajar brazos y piernas, y el tronco se activa para la movilización de todo el conjunto. De la misma manera, estaremos haciendo cardio, ganando resistencia y también capacidad pulmonar. Además, al realizar el ejercicio debajo del agua, nuestros movimientos conllevarán algo más de trabajo, por lo que se ve incrementada su intensidad.

Otro de los beneficios destacables es que puede resultar más ameno, e incluso una actividad de ocio. El calor se reduce al estar en la piscina, disfrutamos del entorno que nos rodea y, si lo hacemos en grupo, pasamos un rato ameno con los demás.

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